Los frailes mercedarios se instalaron en
Soria en 1397, originalmente en el templo que dedicado a San Andrés existió en
nuestra Dehesa. Tras no llegar a un acuerdo con los propietarios, en 1417 se
trasladaron al viejo monasterio femenino del Sancti Spiritus abandonado por las
monjas desde unos años antes; pues ubicado junto al río era lugar frío y
húmedo. Los frailes estuvieron allí asentados sesenta años hasta que lo
abandonaron, no se sabe si por las mismas razones que les hicieron a las monjas
irse o por un incendio, pero en 1478 pasaron a alojarse en las dependencias
monacales que el cabildo de San Pedro tenía sin uso en la hoy concatedral.
Hacia 1525, allí
los canónigos expulsaron a sus compañeros frailes quizá por miedo a que se
asentaran y ya no pudieran echarlos por lo que de la noche a la mañana los
frailes se vieron en la calle. Dice una tradición popular que sin saber donde
ir los frailes iniciaron una sencilla
procesión que llamó la atención de una señora que conmovida les cedió su
palacio para que lo empleasen como convento. Palacio que estaba ubicado junto a
la iglesia parroquia de San Martín de Canales.
Los frailes aprovecharían el edificio como convento
y emplearían la parroquia como iglesia monacal desarrollando obras y
ampliaciones que culminarían con la unión física de ambos edificios eliminando
la calle que los separaba.
Tal día como hoy de 1527 los frailes firmaron un
contrato con el maestro cantero Francisco del Collado por el que el segundo se
comprometía a construir un suntuoso arco de sillería que uniera ambos edificios.
Los frailes se marcharon en el siglo XIX y la
Diputación se hizo cargo del edificio empleándolo como hospital, hospicio,
almacén… Hoy sus instalaciones se han convertido en aulas, residencia
estudiantil, despachos y la que fue iglesia monacal es conocida como Aula Magna
“Tirso de Molina”.
Desconocemos si ese arco persiste visible o embutido en construcciones posteriores pues el conjunto artístico es tan interesante como desconocido para el público soriano, ya que solo puede acceder a él parcialmente durante la celebración de eventos culturales o cursos estivales. Vale la pena conocerlo y dentro de unos meses cuando se acaben las obras de restauración del camarín su visita será tan imprescindible al turismo como San Juan de Duero o San Saturio.
Claustro del antiguo convento de mercedarios de Soria. |
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