El 7 de julio fallece en su villa natal Tomás
Martínez Gómez, más conocido como fray Tomás de Berlanga, quien en cumplimiento
de sus deseos fue enterrado en la Capilla de los Cristos de la Colegiata.
Fray Tomás nació en Berlanga de Duero, entre 1487 a 1490, en una casa ubicada
en el barrio de Judería. Lo que ha hecho pensar en la posibilidad de que
perteneciese a una familia de conversos. Pese a ese posible origen hebreo, el
joven berlangués ingresó como fraile en la orden dominica, auténtico azote y
perseguidora en la época de heterodoxos, herejes y falsos cristianos, aunque el
carácter de fray Tomás no parece que correspondiera a ese prototipo inquisidor
y violento sino más bien al contrario pues en el desarrollo de su labor
evangelizadora en los territorios descubiertos en América destacó por su defensa
de los derechos humanos de los indígenas lo que le causó no pocas enemistades.
Se le considera, además, un adelantado a su tiempo; alguien que viajó más allá
del mundo conocido y que ideó proyectos imposibles entonces como la
conveniencia de un canal que uniera los océanos Atlántico y Pacífico.
Destinado a América como tantos otros religiosos, sus superiores reconocieron
en él otras virtudes y pronto le encomendaron cargos destacados en la propia
jerarquía eclesiástica como el de obispo. Así mismo, le encomendaron otro tipo
de funciones de carácter político y diplomático. Sin embargo, si fray Tomás ha
pasado a la Historia ha sido por ser el descubridor del archipiélago de las Galápagos en Ecuador.
Hacia el mes de enero de 1535, fray Tomás de
Berlanga, entonces obispo de Panamá, recibió órdenes de investigar si eran ciertas o no las reclamaciones de los indígenas
sobre el papel de Pizarro con respecto al oro del rescate de Atahualpa, el
saqueo de Cuzco y sobre las disputas con Almagro. En el viaje que emprendió su
nave se extravió y se desvió de su ruta original, con lo que el 10 de marzo de
1535 descubrió un desconocido archipiélago de islas en el océano Pacífico, las
islas Galápagos, así llamadas al descubrir muchas especies nuevas de iguanas, pájaros y tortugas.
Cuando regresó a España se trajo consigo muchos recuerdos, especies
animales y vegetales nuevas como el tomate o el plátano del que se considera su
introductor en España, si bien en su pueblo natal lo recordarán siempre por el
enorme “lagarto” que les regaló. Un caimán que se trajo disecado hasta su
pueblo y que persiste colgado de una pared de la Colegiata de Berlanga
asustando a algunos y sorprendiendo a todos.
Fray Tomás regresó a España en 1541 y renuncio a su cargo de obispo, lo
que le fue concedido en 1545 fecha en la que regresó a Berlanga donde residió hasta
su muerte.
Escultura de fray Tomás de Berlanga en la
parte vieja de la ciudad de Panamá.
Fuente foto: bowmanpoole.wordpress.combowmanpoole.wordpress.com
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