miércoles, 20 de julio de 2016

20/07/1384: El privilegio del portazgo

Con la perspectiva actual que tenemos de Soria en pleno siglo XXI nos cuesta mucho imaginar lo diferente que sería la situación en plena Edad Media. Cuando nuestra provincia era zona fronteriza y, por lo tanto, sujeta a los vaivenes belicosos de los monarcas de los reinos vecinos que ansiaban arrebatar estas tierras a Castilla o de los propios nobles castellanos que pretendían el señorío de estas tierras.

La noticia viene a cuento de que en esta jornada el Procurador del Común de los Hombres Buenos de Soria, don Gil Blas, consiguió que el rey Juan I de Castilla confirmase el privilegio del portazgo que concedió en su tiempo a Soria su antecesor el rey Sancho “El Bravo” con el fin de distinguir, premiar o compensar a los habitantes de una zona que sufría muchas penalidades.

Precisamente, el documento original de esa concesión se perdió en una guerra. Concretamente, la acaecida como consecuencia de la protesta de los de Soria a ser vasallos de Bertrand Duguesclain quien ante su negativa de someterse a las órdenes del rey y entregarse a su ducado, incendió el arrabal de la ciudad y atacó el Castillo. Aunque venció y ocupó militarmente la ciudad no lo pudo hacer moralmente pues los sorianos sacaron ese gen numantino -que llevamos dentro- y no se doblegaron a los intereses del francés que tuvo que pedirle al rey que mejor le compensara con otra cosa ya que con los sorianos no se puede ni por las malas.
 

Castillo de Soria en 1896 donde Duguesclain centró sus ataques.
Foto de José López de Cerain en ‘Recuerdo de Soria’ nº 5.

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