En esta fecha falleció Avelino Hernández Lucas. Hombre
polifacético que se dedicó a escribir, a enseñar y a dialogar. Un tipo sencillo
pero a la vez tan enorme que ha dejado un vacío imposible de llenar. Su
aportación literaria es incuestionable pero su optimismo vital y su pragmática
visión de la vida calaron para siempre entre quienes le conocimos.
Avelino nació en Valdegeña en 1944, hijo del tío
Eustaquio y de la tía Milagros, como solía decir él. Unos típicos agricultores
que sacaron adelante su familia a puro de esfuerzos y sacrificios. Avelino
estudió en la escuela de Valdegeña durante sus primeros años. Vivió la infancia
de un niño de pueblo, disfrutando de una vida sencilla y rural que marcó
indeleblemente su obra.
Después estudió en
el seminario, más tarde Filosofía, Literatura, Historia, algo de Derecho,...,
carreras que no pudo terminar por estar enfrascado activamente en la lucha
contra el franquismo. No en vano fue uno de los dirigentes de la Organización Revolucionaria
de los Trabajadores lo que le costó su consiguiente etapa en prisión. En el
primer gobierno socialista de la
Junta de Castilla y León ocupó altos puestos políticos en la Consejería de Cultura,
pero dimitió, lo que le permitió consagrarse en cuerpo y alma a sus pasiones,
los viajes y la literatura.
Comenzó a publicar
relativamente tarde. Sin embargo, es autor de una prolífica obra literaria.
Escribió libros para adultos que podían leer niños y libros para niños que
leían los adultos, guías de viajes, narrativa, libros técnicos, colaboró con la
prensa soriana y fue uno de los fundadores del proyecto “Soria Edita”.
Vivió en Soria,
Cataluña, Madrid,... pero en 1996 se marchó con Teresa Ordinas a vivir a Selva
(Mallorca). Allí, un hombre de campo como él, se compró una embarcación
pesquera típica de la zona: un llaüt. Construido a mediados del siglo XX con
madera de Soria y que bautizó con el nombre de Soria. Allí junto al mar fue
feliz como lo fue en su infancia entre los campos de cereal, pero más que feliz
decía que sólo junto al mar había experimentado realmente lo que significaba la
libertad.
Ese traslado no le
desvinculó de su provincia a la que acudía a menudo. La última en mayo de 2003,
siendo consciente ya de que aquello era una despedida. La enfermedad nos lo
arrebató pero no podrá quitarnos sus libros ni los recuerdos y vivencias de
aquel hombre bueno que siempre sonreía y que nos ayudó a entender que incluso
en lo peor siempre se puede encontrar algo positivo.
Retrato de Avelino Hernández Lucas.
Fuente foto: http://www.avelinohernandez.com/biografia.html
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario