viernes, 22 de julio de 2016

22/07/2003: Avelino Hernández Lucas

En esta fecha falleció Avelino Hernández Lucas. Hombre polifacético que se dedicó a escribir, a enseñar y a dialogar. Un tipo sencillo pero a la vez tan enorme que ha dejado un vacío imposible de llenar. Su aportación literaria es incuestionable pero su optimismo vital y su pragmática visión de la vida calaron para siempre entre quienes le conocimos.

Avelino nació en Valdegeña en 1944, hijo del tío Eustaquio y de la tía Milagros, como solía decir él. Unos típicos agricultores que sacaron adelante su familia a puro de esfuerzos y sacrificios. Avelino estudió en la escuela de Valdegeña durante sus primeros años. Vivió la infancia de un niño de pueblo, disfrutando de una vida sencilla y rural que marcó indeleblemente su obra.

Después estudió en el seminario, más tarde Filosofía, Literatura, Historia, algo de Derecho,..., carreras que no pudo terminar por estar enfrascado activamente en la lucha contra el franquismo. No en vano fue uno de los dirigentes de la Organización Revolucionaria de los Trabajadores lo que le costó su consiguiente etapa en prisión. En el primer gobierno socialista de la Junta de Castilla y León ocupó altos puestos políticos en la Consejería de Cultura, pero dimitió, lo que le permitió consagrarse en cuerpo y alma a sus pasiones, los viajes y la literatura.

Comenzó a publicar relativamente tarde. Sin embargo, es autor de una prolífica obra literaria. Escribió libros para adultos que podían leer niños y libros para niños que leían los adultos, guías de viajes, narrativa, libros técnicos, colaboró con la prensa soriana y fue uno de los fundadores del proyecto “Soria Edita”.

Vivió en Soria, Cataluña, Madrid,... pero en 1996 se marchó con Teresa Ordinas a vivir a Selva (Mallorca). Allí, un hombre de campo como él, se compró una embarcación pesquera típica de la zona: un llaüt. Construido a mediados del siglo XX con madera de Soria y que bautizó con el nombre de Soria. Allí junto al mar fue feliz como lo fue en su infancia entre los campos de cereal, pero más que feliz decía que sólo junto al mar había experimentado realmente lo que significaba la libertad.

Ese traslado no le desvinculó de su provincia a la que acudía a menudo. La última en mayo de 2003, siendo consciente ya de que aquello era una despedida. La enfermedad nos lo arrebató pero no podrá quitarnos sus libros ni los recuerdos y vivencias de aquel hombre bueno que siempre sonreía y que nos ayudó a entender que incluso en lo peor siempre se puede encontrar algo positivo.

Retrato de Avelino Hernández Lucas.

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