Una de las principales preocupaciones de los Amigos
del Museo Numantino es la conservación de nuestra muralla medieval. Una joya
desconocida para la mayor parte de los sorianos que en muchos casos ni la
valoran ni la tienen en consideración más allá de pensar que se trata de un
lastre. A través de charlas, visitas y actos de concienciación hemos tratado de
sensibilizar al público sobre la necesidad de conservarla por su importancia
histórica, pero también sobre su rentabilidad como un recurso turístico más de
la ciudad que, bien conservada, le daría un indudable atractivo.
Aunque avanzamos despacio, falta mucha concienciación
entre la ciudadanía. Esa indiferencia ha sido la culpable de su estado de
abandono actual tanto o más como lo fue la pólvora de Durán. Pero la situación
no es nueva. A mediados del siglo XIX la muralla que cercaba todavía buena
parte de la ciudad se consideraba algo viejo, obsoleto, insalubre y sin valor
que para lo único que servía era para entorpecer el desarrollo urbanístico de
una capital de provincia que aspiraba a ser una ciudad moderna.
Con estos argumentos, el 5 de julio de 1.862, el concejo de la ciudad
adoptó el acuerdo de derribar la Puerta del Postigo que cerraba la ciudad entre
el Collado y la actual plaza del Marqués de Vadillo, enmarcada a cada lado por
una torre tambor de planta circular. Tal y como explicamos al principio de esta
serie, esta puerta situada muy ceca de la de Rabanera se abrió de una forma
casi accidental a mediados del siglo XIV y en poco tiempo llegó a convertirse
en la principal de la ciudad al ser la salida natural del Collado hacia el
oeste y unir el interior de la ciudad con la población cada vez más numerosa
que se estaba asentando fuera de la ciudad. En 1609, las autoridades de la
época decidieron ennoblecer la puerta para ornato público e impresionar a los
visitantes y forasteros; y mandaron colocar sobre el arco el escudo imperial de
los Austrias y dos de la ciudad, así como un reloj. Pero más que ornato, en el
siglo XIX se consideró aquella puerta un impedimento al tráfico de la ciudad
pues no permitía cruzar dos carros a la vez y las autoridades decidieron
derribarla privándonos así de lo que fue un símbolo de la ciudad.
Plaza del Marques del Vadillo (Soria) hacia el Collado donde estuvo la Puerta del Postigo. Postal fechada hacia 1955 |
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