jueves, 19 de mayo de 2016

19/05/1861: En esta jornada Gustavo Adolfo Bécquer y Casta Esteban Navarro se casarón en la parroquia madrileña de San Sebastián.

Hacia 1860 Gustavo Adolfo y su hermano Valeriano residieron en Soria durante algún tiempo en la casa de su Francisco “Curro” Domínguez Bécquer. Pero no fue aquí donde conoció a Casta sino en Madrid donde ella residía con su padre, un médico oriundo de Noviercas (Soria) que atendía a Gustavo de ciertas dolencias.
Suponemos que Casta quedaría prendada de ese varón prototipo del Romanticismo pero ahí acababan las coincidencias. Él, poeta bohemio y errante; ella una señorita de vida acomodada. El matrimonio tuvo dos hijos pero su relación, apasionada y tormentosa a partes iguales, fue deteriorándose lentamente.

Gustavo Adolfo vivía conforme a su estilo. Escribía artículos, poemas y relatos que publicaba en la prensa nacional, viajaba mucho junto con su hermano Valeriano y todavía le daba tiempo para otras tareas que nunca le agradeceremos suficiente como la de buscar financiación y concienciación para que el monasterio de San Juan de Duero no se arruinase del todo. Pero ese tiempo se lo quitó a su familia y mientras él viajaba y escribía, Casta quedaba sola con sus dos hijos, convenciéndose de que ese estilo de vida errante tan propio del Romanticismo no iba con ella, por lo que el deterioro matrimonial fue ya definitivo.

Casi a la par que se les rompía el amor estalló la revolución de 1868 y la familia se trasladó a Noviercas a salvo de los incidentes de la capital. Sin embargo, Gustavo Adolfo regresó a Madrid dejando sola a su esposa que aburrida y desencantada cayó en manos de un antiguo novio de Noviercas conocido como “el Rubio”. Enterado el poeta de esa relación decidió separarse de ella llevándose a sus dos hijos.

Dicen sus cronistas que la familia pasó penurias y dificultades. Mientras él viajaba con su hermano y sus hijos, ella dio luz a un tercer varón cuya paternidad fue puesta en duda por Gustavo Adolfo, quien murió el 22 de diciembre de 1870, al poco tiempo de haberse reconciliado con ella y sin ser consciente del éxito que tuvo su obra pues se le reconoció póstumamente. Ella murió el 30 de marzo de 1885 debido a una encefalitis crónica. Le sobrevivió catorce años, pero llevó una desafortunada vida que le llevó a perder a su familia y a arruinarse.

Retrato dibujado por Valeriano Bécquer de su familia jugando a la baraja en Veruela, el 12 de junio de 1862. A la izquierdo Gustavo Adolfo y a su lado Casta.
Fuente foto: “Rimas”. Edición de Francisco Torrecilla del Olmo. Ediciones AKAL, Madrid 2002.

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