viernes, 6 de mayo de 2016

06/05/1945: El 6 de mayo de este año se nombró nuevo obispo de Osma al sacerdote riojano Saturnino Rubio Montiel quien lo será hasta su dimisión por problemas de salud en 1969.

No vamos a entrar a comentar su faceta pastoral pues no es éste el foro adecuado pero sí queremos fijarnos en el aspecto histórico de su periodo pues fue el encargado de transformar el obispado de Osma en el de Osma-Soria. Pero sobre todo queremos fijarnos en su faceta de responsable de la conservación del patrimonio eclesiástico ya que el obispo Rubio no fue precisamente un ejemplo de mecenazgo de la cultura y el arte y adoptó decisiones que, como poco, hoy nos parecen cuestionables.

A partir de la segunda década del siglo XX y sobre todo a partir de la década de 1960, el patrimonio histórico cultural de nuestros pueblos sufrió el mayor de los peligros, la indiferencia, la falta de valoración, la idea de que lo viejo ya no sirve y que hay tirarlo. Bajo ese punto de vista generalizado de toda la población y de una forma más o menos consentida, autorizada u ordenada por Rubio Montiel, muchas parroquias sorianas vendieron parte de su patrimonio histórico y quemaron en muchos casos viejos retablos, tallas o cuadros, probablemente de escaso valor económico o devocional pero también parte de nuestro patrimonio. Y no sólo lo hizo con bienes muebles. Algunos edificios como la ermita de San Miguel de Papescuez de Aldehuela de Calatañazor (quizá de factura prerrománica) fue vendida, desmontada y trasladada piedra a piedra hasta un emplazamiento desconocido.

Y esto no sólo ocurrió en la provincia. En la capital y en base a unos intereses meramente funcionales, ordenó derribar la antigua iglesia del Salvador, una de las pocas iglesias de románico rural que quedaban en la capital junto con la de San Clemente que en base a otros intereses muchos más mundanos, los económicos, fue derribada y su solar vendido a la Compañía Telefónica para que instalara allí su central provincial.

No vamos a tratar de justificarle pero tampoco podemos ser demasiado estrictos pues si hoy en día nuestra sociedad no está plenamente concienciada de la perentoria necesidad de conservar nuestro patrimonio histórico cultural, no podemos extrañarnos de que ese sentimiento ni siquiera existiese hace cincuenta años; pues si el obispo cometió lo que nos parece un atentado, el gobernador civil o el alcalde de la época lo autorizaron y cometieron otros igual de sangrantes como la destrucción de la calle Real y de todo aquello que “oliera a viejo o a rancio”.

Los Amigos del Museo Numantino a eso nos dedicamos lo mejor que podemos o sabemos, a concienciarnos y a hacer lo que podemos para conservar nuestro patrimonio pero seguimos necesitando ser más. Así que si te interesa ya sabes, te esperamos.


Actual calle del Obispo Rubio Montiel hacia mediados del siglo XX.
Fuente foto: JCyL AHPSo 14753, colección Rafael Romera.

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