jueves, 21 de abril de 2016

21/04/1920: El profesor santanderino Gerardo Diego Cendoya opositó para catedrático de Literatura y consiguió el segundo puesto, por lo que no pudo optar a Salamanca que era su primera opción. Y eligió Soria al parecer influido por a sombra de otro poeta como él, Antonio Machado; antiguo profesor en ese instituto y aunque de un estilo diferente, reconocidísimo poeta.

Aunque hay quien apunta una primera visita en los inicios de mes, parece que fue el 21 de abril cuando Gerardo Diego llega a Soria para dar clases de literatura en el Instituto, integrándose de inmediato en la vida social y cultural de la ciudad. Se hospedó en la pensión de las Isidras, en el nº 74 de la calle Collado, y aunque los sorianos de la época le recuerdan de luto riguroso por la reciente muerte de su madre, también le recuerdan por su talante alegre, por su participación como actor aficionado en un grupo de teatro de aficionados, por su amistad y las tertulias en al que disertaba con José Tudela, Mariano Granados o Bernabé Herrero. Sus alumnos también le recordaban por su gran capacidad de trabajo, su gran preparación pero también por su alto nivel de exigencia.

Tras dos años de estancia en Soria que le sirvieron de inspiración para muchos de sus poemas, pidió el traslado y aunque no volviera a residir en nuestra ciudad su figura alta, estrecha y de impecable traje gris, no se hizo rara en el Collado pues regresó con frecuencia -hasta que se quedó definitivamente con nosotros aunque sea como estatua-.


Escultura de Gerardo Diego en los soportales de la calle El Collado (Soria).

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