18/04/1920: Los
franciscanos estuvieron en Soria en dos épocas. La primera entre los siglos
XIII al XIX en el convento que más o menos coincide con el edificio que fue
Colegio Universitario y la iglesia parroquial de San Francisco; y la segunda,
que es de la que vamos a hablar hoy, desde 1920 hasta la actualidad.
Todo comenzó unos
años antes cuando los hermanos Hermenegildo y Eusebio García Sanz (dos
filántropos que han hecho por esta provincia más que muchos otros que dan
nombre a calles o son nombrados hijos adoptivos) compraron el viejo caserón de
la plaza Bernardo Robles. Había sido este una casa solariega de los barones de
Pallaruelo y Escuela Normal después. La intención era destinarlo a algún fin
benéfico y social por lo que lo entregaron a una congregación de frailes
Eudistas para que instalaran una escuela y su convento. El proyecto eudista fue
una realidad durante algún tiempo pero no llegó a cuajar y esos frailes
abandonaron el caserón y su proyecto.
Los promotores se pusieron en contacto con frailes maristas y con mercedarios,
pero con ninguno llegaron a un acuerdo y, en último lugar, con el obispo de Osma
don Mateo Múgica Urrestarazu para que hiciera de intermediario.
El obispo vasco se
puso en contacto con una congregación de frailes franciscanos de Aránzazu, quienes
en la primavera de 1919 aceptaron trasladarse a Soria para fundar un convento y
una escuela. Pronto comenzaron las obras de reforma para instalar las dependencias
educativas y las propias de los frailes. Finalmente, la inauguración y bendición
oficial de la residencia conventual fue el 18 de abril de 1920. La comunidad estaba
formada por tres padres y dos hermanos aunque la inauguración formal del
colegio tuvo que esperar al momento en el que clases de llenaran de gritos
infantiles con el inicio del curso escolar 1920-21.
Actual portada de la iglesia de los
padres franciscanos en la plaza Bernardo Robles (Soria).
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