Hoy hablaremos de Honorato Juan, un personaje que en su época fue un reconocido humanista, viajero, filósofo, teólogo, escritor, maestro de reyes…, y obispo de Osma, alguien que tiene en Soria capital dedicada una calle aunque no conozcamos bien qué méritos le reconocen nuestra autoridades para honrarle con esa distinción pues si acaso, de tener más bien tendría deméritos en Soria pues fue uno de los más firmes opositores a las tesis defendidas por los sorianos para que la diócesis se dividiera en dos a favor de la capital.
Nacido en el seno de una
acomodada familia valenciana a comienzos del siglo XVI, viajó por Europa
formándose con los mejores intelectuales de la época como Luis Vives o Erasmo
de Róterdam, por lo que al poco de su regreso a España en 1530, y tras su
correspondiente servicio de armas, fue captado por Carlos I para que se
convirtiera en profesor de
matemáticas y arquitectura de su hijo, el futuro
Felipe II, lo que le permitió conocer a muchos hombres sabios y doctos de todo
el mundo que acostumbraban a pulular por la corte imperial. Cuando Felipe
accedió a la corona le encomendó también ser el instructor de su hijo el
infante Carlos, un individuo con fama de cruel, abyecto y rijoso, de esos con
que la familia real nos sorprende de vez en cuando, y del que se ha dicho que
murió a manos de su propio padre harto de sus excesos. El muchacho debía ser malo,
pero de película, por lo que la fama del preceptor que no lograba meterle en
vereda pero que prácticamente era el único al que respetaba, se fue diluyendo
entre las críticas y envidias del resto de cortesanos.
En esos momentos de su vida
(1559) quizá fue iluminado o quizá, como apuntan algunos, lo hizo para mejorar
las retribuciones económicas que recibía, el caso es que el maestro Honorato
decidió ordenarse sacerdote, siendo nombrado en 1564 LIVº obispo de Osma, cargo
que compaginó con el de maestro del sádico infante Carlos.
Al llegar a El Burgo de Osma
el obispo Honorato destacó por su gran sabiduría y conocimientos, por lo que impulsó la ordenación del archivo catedralicio
y editó el Catecismo oxomense.
También realizó obras en el castillo de Osma en cuyos calabozos mandó encerrar
a los clérigos o seglares que no le pagaban sus impuestos
Falleció en El Burgo, el 30 de julio de
1566, y fue sepultado en la capilla del Santo Cristo del Milagro. Su biblioteca
particular junto con sus escritos, instrumentos astronómicos y antigüedades,
fueron trasladadas a la corte a petición de su discípulo el infante Carlos y, a
la muerte de éste, pasaron al monasterio de El Escorial donde se siguen
conservando.
Escudo episcopal del obispo Honorato Juan en la portada de “Elogios del Ilustrísimo y eruditísimo varón don Honorato Juan”. Biblioteca Valenciana. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario