domingo, 19 de julio de 2020

19/07/2001: Las paelleras gigantes de Ripollés.

Desde el 19 de julio hasta el 20 de agosto de 2001, la ciudad entera y sus alrededores se convirtieron en una galería de arte improvisada en la que el controvertido escultor Joan Ripollés expuso alguna de sus obras en una muestra titulada “Del río a la Dehesa”, una exposición organizada por el Ayuntamiento de Soria entonces gobernado por el tripartito PSOE-ASI-IU, en colaboración con la empresa Azahar que llevaba el mantenimiento de jardines.


        Sin un criterio conocido, según es este peculiar personaje, el escultor Joan Ripollés, instaló quince de sus características estatuas a lo largo y ancho de toda la ciudad, en puntos más o menos habituales como puede ser delante de la Audiencia o en la Dehesa, pero también en otros lugares mucho menos habituales como la entrada a la ermita de San Saturio, el tejado de la Audiencia, o en lo alto de una roca en Valonsadero junto a la Casa del Guarda.

        Como poco, aquella muestra puede calificarse como controvertida y despertó pasiones opuestas a partes iguales entre los que no sabían qué era aquello, entre los que valoraban las piezas pero no el emplazamiento, o entre quienes piensan, todavía hoy, que ha sido la mejor muestra artística que se ha visto en la ciudad en mucho tiempo, algo que probablemente fuera lo que el artista pretendía

        El Ayuntamiento de Soria optó por adquirir una de sus obras, la escultura de un toro que se había colocado originalmente en una peña de Valonsadero y que finalmente se presupuestó en diez millones y medio de pesetas (63.000 euros), de los 25 que costaba al principio.

        La escultura estuvo ahí unos meses pero el siguiente gobierno municipal de Soria, el de Encarna Redondo (PP), no consideró oportuno pagar esa cantidad, una jugada que le salió redonda pues en mayo de 2005 el escultor ofreció su última oferta, venderla por el precio de coste, unos tres millones de pesetas, pero tanto se lo pensaron que cuando se le dio la respuesta positiva rectificó y dijo que no podía venderla por ese precio. Finalmente, y en tanto se continúa negociando, una noche de junio de 2005 sin avisar a nadie, el escultor llevó un camión pluma y retiró la obra de la peña del monte. Hoy esa escultura, en realidad una de ellas pues pertenecía a una serie de quince unidades idénticas, se llevó a Sevilla y Valencia, mientras que otras copias se llevaron a Palma de Mallorca, Castellón y a ciudades de Francia y Holanda donde han pagado por ellas mucho más de lo que él pidió inicialmente.

Toro de Ripollés en Valonsadero. Autor: Alberto Arribas.

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