sábado, 18 de julio de 2020

18/07/1684: Constitución del marquesado de la Pica.


En la jornada de hoy de 1684, el rey Carlos II otorgó el título de Marqués de la Pica al maestre de campo don Francisco Bravo de Saravia y Ovalle en compensación a los buenos servicios prestados en Chile, como alcalde de la ciudad de Santiago y por su papel en las guerras de Arauco, aunque en realidad más que una concesión cabría considerarlo como una ampliación de categoría pues el citado caballero ya disfrutaba el título de Señor de la Pica que su familia ostentaba al menos desde 1430.


        Francisco Bravo de Saravia y Ovalle fue un criollo soriano perteneciente al linaje de los Salvadores que nació en Santiago de Chile en 1628, lugar donde su abuelo Melchor Bravo de Saravia y Sotomayor, natural de Soria, había emigrado en 1568 para defender los intereses del imperio español en América. Allí, en Santiago de Chile, el abuelo ocupó también destacados cargos políticos que después ocuparon sus descendientes, y también peleó en la Guerra de Arauco, un largo conflicto que se desarrolló entre 1536 a 1772.

        Aunque no lo podamos asegurar, no erraríamos mucho si afirmamos que el citado caballero jamás visitaría sus posesiones sorianas, la casona familiar de la plaza Bernardo Robles que hoy son las aulas de la tercera edad, y La Pica, un despoblado situado entre Aldealpozo y Tajahuerce que resulta uno de los más interesantes y mejor accesibles de la provincia pues la existencia de una buena atalaya medieval ha permitido mejorar su acceso al visitante. De época posterior a la torre sería la iglesia románica de la que apenas quedan algunos restos, como también quedan restos de la gran casona que dicen fue un palacio cuya fachada llevaba un gran escudo heráldico de los Bravo de Saravia que fue arrancado hace pocos años.

En primer plano la casona arruinada y detrás la atalaya medieval. Autor Alberto Arribas.


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