El BOE de 20 de julio de 1998 publicaba la orden que disponía que, de acuerdo con el equipo directivo del centro formativo, el entonces Conservatorio Elemental de Soria, hoy Conservatorio Profesional de Música de Soria, llevase el nombre del músico “Oreste Camarca”.
Don
Oreste Camarca de Blasio fue uno de esos personajes a quien cuesta referirse
sin el título de cortesía pues durante muchos años en Soria se ganó el respeto
y cariño de los sorianos.
Nacido en la población italiana de
Ascoli Satriano, en 1895, creció en una familia de diez hermanos, todos ellos
educados para la música y el canto por el padre, lo que ya le permitió en su
niñez dedicarse profesionalmente a la música como cantante de ópera en la
compañía romana Billaud. En aquella ocasión interpretó al personaje Turiddu de Cavalleria Rusticana.
A los doce años de edad y en un viaje a
España, en Santiago de Compostela, conoció al que fue su padrino y mentor, el arquitecto Manuel Hernández y Álvarez
Reyero, quien, como consecuencia de su trabajo y tras residir en Cáceres y
Cádiz donde Oreste continuó sus estudios musicales, en 1925, acabó destinado
como funcionario en la Diputación Provincial de Soria, ciudad a la que se trajo
a su ahijado.
Al llegar a nuestra ciudad se dedicó a
la enseñanza y a la composición musical, labores que desarrolló durante varios
años en su domicilio de la calle Numancia y después en la calle Doctrina. Sus
alumnos le recuerdan como una persona tímida, retraída, casi un místico que no
frecuentaba los lugares de esparcimiento públicos y cuya vocación por la música
y la docencia era tal que solía ofrecer gratuitamente sus lecciones de música e
italiano a los alumnos con menos recursos. Don Oreste fue profesor de
destacados músicos como algunos miembros de la familia Ormazábal del Campo, el
flautista Álvaro Marías, el pianista Miguel Ángel Muñoz o el violinista Jesús
Ángel León…
Los que le conocieron recuerda que como
compositor su obra fue prolífica pero apenas resulta conocida. En 1934 estrenó
algunas obras en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y
Javier Delgado Encabo en un artículo recogido en mec.es añade «.., una Obertura de concierto, dos Poemas sinfónicos, la Sonata que
dedicó a su padrino, la Sinfonía Spagna en La menor, la Sinfonía Alhambra (sin
orquestar), Himnos y Gozos dedicados a San Saturio (patrón de la ciudad de
Soria), Himnos dedicados a instituciones y colegios sorianos, y varias
Canciones, algunas de carácter militar, como la Marcha del Requeté Numancia, y
otras de tema religioso, como su Ave María».
Pero si Oreste fue aquel gran personaje
que seguimos recordando hoy, en parte lo fue gracias a la labor menos conocida
pero indispensable de su esposa. Fue, el
8 de septiembre de 1948, cuando Oreste se casó con Guillermina Ricci, a quien
cariñosamente llamaba Mimina, más que una esposa, una compañera vital con quien
compartió vivencias, trabajo y aficiones pues ella misma también impartía
clases de música, pero cuyo trascendencia quedó eclipsada por la sombra de su
esposo.
Oreste
murió en 1992, y su esposa algunos años después, y, aunque no tuvieron hijos,
muchos músicos sorianos que fueron sus discípulos podrían considerarse como tales.
Oreste Camarca, imagen tomada de roble.pntic.mec.es |
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