Bernardo Robles fue un soriano que
emigró a Portugal donde desarrolló una exitosa carrera en el mundo de las
finanzas que le permitió ocupar puestos relevantes y amasar una pequeña fortuna.
Ya anciano y sin herederos cercanos, decidió dedicar su dinero a realizar obras
filantrópicas para lo que decidió donar al ayuntamiento de Soria cincuenta acciones
del Banco de Portugal que valían una cantidad de unos 150 euros, para que con
parte del dinero producido se instituyese un premio para los niños estudiantes
de Soria, ocho becas, para niños y para niñas de unas cien pesetas y medalla,
premios que debían destinarse para los mejores estudiantes de cada curso entre
los nacidos en la provincia o hijos de nacidos en Soria. Otra parte de la
herencia la destinó para complementar el sueldo de un maestro y de una maestra
auxiliar que se contrataría para las escuelas elementales de niños y niñas de
la ciudad de Soria. Para administrar
estas becas se fundó una fundación benéfica que quedó constituida en 1903.
El Ayuntamiento de Soria le agradeció el
gesto con la concedió del título de Hijo Predilecto de la ciudad de Soria en
1901 y decidió cambiar el nombre a la antigua plaza de Teatinos que desde
entonces pasó a llamarse de Bernardo Robles. La Diputación le honró también declarándolo
Hijo Predilecto de la provincia de Soria según acuerdo de su junta de gobierno el
27 de octubre de 1901.
La concesión de los premios se realizaba
como un acto de homenaje al Sr. Robles y a los estudiantes premiados y se
desarrollaba los días de las fiestas de San Saturio como un acto festivo más.
Aún pudo disfrutar algunos años de sus
títulos don Bernardo que falleció en 1905, pero algunos años más pudieron
disfrutar los sorianos de su altruismo pues aunque se suspendieron durante algún
tiempo parece que subsistieron al menos hasta los años previos a la Guerra
Civil si bien algún lector de esta sección cree recordar que como premios a los
alumnos más aplicados se les repartía algún dinero a mediados del siglo XX
aunque parece que la fundación encargada del reparto de las becas subsistió al
menos hasta 1960.
Retrato de Bernardo Robles en “Recuerdo de Soria” (1906). |
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