En esta jornada de 1952, el Ayuntamiento de San
Leonardo decidió honrar la memoria de su más ilustre hijo, Juan Yagüe Blanco,
añadiéndole al nombre del pueblo el complemento “de Yagüe”, apellido del
general que había fallecido en Burgos el día anterior. No fue el único homenaje
pues en este mismo día se creó el Marquesado de San Leonardo de Yagüe que
se le concedió a título póstumo.
Juan Yagüe
Blanco es sin duda uno de los personajes más controvertidos y que más
sarpullidos levanta en esta sección y en la actualidad soriana. Nacido en San Leonardo en
1891 en el seno de una familia de clase media, a los dieciséis años de edad
ingresó en la
Academia General Militar donde obtuvo el empleo de teniente y
momento en el que iniciará una destacada carrera militar.
Participó en la
batalla de Tetuán tras la que fue condecorado y ascendido a capitán aunque fue
apartado del servicio activo, oficialmente por problemas de salud, si bien la
causa real fueron las fuertes discrepancias que mantuvo con sus superiores. La
carencia y necesidad de militares de carrera hizo que se le llamase de nuevo al
servicio para que, al mando de la
Legión , sofocase el movimiento revolucionario de Asturias de
1934 lo que parece que cumplió con la reconocida eficacia militar.
Yagüe fue amigo personal del fundador de la
Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, con quien compartía una
ideología que marcó su devenir personal, militar y político. Siendo teniente
coronel y estando destinado en Ceuta participó en la preparación del
levantamiento militar de 1936 sirviendo de enlace entre Mola y los oficiales
falangistas, y de donde partió a la península a sofocar la resistencia leal a
la República. A su mando las columnas de Asensio, Castejón y Tella marcharon
desde Sevilla hacia el norte siendo Yagüe el encargado de la toma de Badajoz
donde se desarrolló una de las peores matanzas de la Guerra Civil, al menos en
este bando. Allí y según informaciones de periodistas norteamericanos
independientes así como a las investigaciones de historiadores como Paul
Preston o Tuñón de Lara, Yagüe ordenó directamente, permitió o no quiso
enterarse que sus tropas asesinaron a más de cuatro mil prisioneros
encarcelados en la plaza de toros. Para no herir susceptibilidades recogemos también
la opinión de otros historiadores como Hugh Thomas que consideran exagerada esa
matanza disminuyendo la cifra de asesinados. No estuvimos allí para dar fe pero
parece haber poco error en la existencia de aquellos crímenes ya fueran muchos
o pocos, y ni siquiera un único asesinato justificaría rechazar el apodo con el
que se le conoció a Yagüe, “el carnicero de Badajoz”.
De ahí se dirigió a Talavera de Reina,
Toledo y Madrid donde surgieron sus primeras discrepancias con Francisco Franco
negándose a acatar órdenes de quien no consideraba cualificado para liderar el
bando sublevad y con quien no compartía exactamente los mismos ideales
políticos. Por aquellos enfrentamientos fue cesado y sustituido por el general
Varela aunque unos pocos meses más tarde fue recuperado para la guerra y
ascendido a coronel. Actuó en el frente de Madrid y fue nombrado jefe del
primer cuerpo del Ejército Marroquí participando en la batalla de Teruel y en
la toma de Barcelona donde de una forma sorprendente y auspiciado por su
ideario falangista llegó a proponer la amnistía de los presos políticos, lo que
le causó otra bronca con Franco.
El 24 de noviembre
de 1937 la
Diputación Provincial le nombró Hijo Predilecto de la
provincia y en noviembre de ese año ascendió a General pero sus divergencias
políticas con Franco y con el sector oficial del régimen aumentaban pues como falangista
puro se oponía a la unificación de la Falange Española con los Tradicionalistas
y las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas. Finamente acató la decisión,
juró fidelidad a Franco y al ideario del partido único pero sin renunciar del
todo a sus principios falangistas joseantonianos.
Al finalizar la
Guerra fue nombrado Ministro del Aire durante poco más de un año, pero las
importantes diferencias ideológicas con Franco (parece que Juan Yagüe era
partidario de una acercamiento directo al nazismo y hasta de participar con el
Eje en la Segunda Guerra Mundial) y sus enfrentamientos (se ha dicho que llegó
a abofetear al generalísimo) le cesaron en el cargo ministerial, momento en el
que regresó más o menos voluntariamente a residir temporalmente en su pueblo y
desde donde se puso secretamente en contacto con don Juan de Borbón,
probablemente con la intención de estudiar una posible reinstauración de la
monarquía sin Franco en el poder.
Pese a ello en 1942
ascendió a teniente general y fue destinado a dirigir el Instituto Geográfico
Nacional, cargo que abandonó al ser nombrado capitán general de la VI ª Región Militar con sede en
Burgos y que desarrolló hasta su fallecimiento en 1952, siendo ascendido a
capitán general a título póstumo.
Pero además de su
cruenta carrera política y militar, es de justicia reseñar que en Burgos y
Soria tomó bajo su protección el desarrollo de algunos proyectos sociales muy
importantes como el del construir la barriada que aún lleva su nombre en la
capital, donó dinero al equipo del CD Numancia que le nombró presidente
honorífico, pero es sobre todo en su pueblo natal donde se le guarda mejor
recuerdo pues se le considera el promotor del desarrollo económico que aún
disfruta San Leonardo cuya corporación le concedió el título de hijo predilecto
y cambió el nombre del municipio en su honor, algo que parece que
inexorablemente va a cambiar con o sin el permiso del ayuntamiento de San
Leonardo.
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