La devoción popular a San Saturio es ahora y ha
sido un fenómeno que va mucho más allá de la religiosidad. Es además un
sentimiento de identificación y orgullo de los sorianos con su tierra, algo que
puede ser asimilable a lo que pasa ahora con la pasión que algunos sienten por
su equipo local.
Sabemos, porque ya lo hemos comentado muchas veces en esta sección, que
las relaciones entre las autoridades religiosas y civiles de la ciudad en
cuanto a la propiedad del santo y de la ermita nunca han sido fáciles, algo que
con altibajos se mantiene en la actualidad, pero uno de los momentos álgidos de
esta mala pero relación aconteció en esta época cuando al parecer algunos
canónigos acostumbraban a entregar reliquias de santo sin consentimiento de las
autoridades municipales que llegaron a temer por la desaparición de todo resto
y que en sesión municipal celebrada en esta jornada acordaron retirar los
restos mortales del santo de la caja en la que se encontraban y colocarlos en una
nueva con dos cerraduras, una para el Cabildo y otra para la Ciudad, de forma
que para abrir el arca sea imprescindible hacerlo por las dos partes.
La solución adoptada y que es similar a la del Arca de Almarza y San
Andrés, es la que continúa guardando los restos del santo en el arca que se
guarda debajo del busto del santo en la ermita.
La fotografía que acompaña a este texto, presuntamente fue tomada
durante los actos de celebración del segundo centenario en 1943, última ocasión
en la que se ha sacado a la luz.
Imagen del santo y del arca que contiene sus restos. Fotografía de la colección de Tomás Pérez Frías, la publicó Martínez Marigorta en su libro sobre San Prudencio y San Saturio en 1939. |
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