La primera guerra
carlista, iniciada en otoño de 1833, tuvo sus inicios en la provincia de Soria
a lo largo de los últimos meses de 1834 y 1835 cuando el cura Jerónimo Merino (el celebérrimo héroe de La Guerra
de la Independencia que en esos momentos tenía sesenta y seis años de edad) se
encontraba por el oeste de la provincia organizando las primeras partidas procarlistas en Soria. A lo largo de 1835 siguió hostigando a las tropas
isabelinas y a todo pueblo o aldea que pudiera saquear,
logrando importantes éxitos militares.
En verano el comandante militar de la provincia de Soria don José
María Cistué se propuso derrotar a Merino. A primeros de agosto logró una
pequeña victoria en Abejar pero unos días después logró acorralar al enemigo y
en la zona de Almarza, Gallinero, La Póveda y Piqueras les infringió una grave
derrota. La mayor parte de los hombres de Merino fueron vencidos y solo unos
pocos, unos sesenta, pudieron huir pero fueron capturados cerca de San Leonardo
el 18 de octubre. Entre ellos no estaba su líder, el cura Merino que logró
escapar a Burgos.
Aunque algunos sorianos pudieran pensar que el peligro ya había pasado
no sabían que no había hecho más que empezar. Las partidas de Merino fueron
sustituidas por otras desde el este y llegarán a presentarse en la mismísima ciudad
de Soria pero esa, esa es otra historia.
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