En la actualidad queda mucho por hacer para igualar los
derechos entre hombres y mujeres pero aunque el proceso sea lento ya nadie se
sorprende por ver una mujer ocupar cargos de responsabilidad pues es algo que
se ve con absoluta naturalidad. Sin embargo este gran avance ha sido un
objetivo reciente que en cuanto a la política municipal se originó en la fecha
de hoy de 1927 cuando por primera vez en la historia dos mujeres fueron
nombradas concejales del Ayuntamiento de Soria. En plena dictadura de primo de
Rivera, el Ayuntamiento de Soria en pleno presentó su dimisión al Gobernador
Civil por ciertos problemas y el 31 de octubre el gobernador civil cambió a
todos los concejales salvo a dos: Eloy Sanz Villa, que siguió siendo alcalde, y
el profesor Pedro Chico Rello. De entre los nuevos concejales, todos con título
académico y destacados profesores, médicos y farmacéuticos, se elige a dos
mujeres Victorina Asenjo García y Mari Cruz Gil Febrel. La primera fue
profesora en la Escuela Normal de maestros y la segunda era entonces Inspectora
de primera enseñanza. Antes fue una destacada alumna de Antonio Machado quien
le otorgó matrícula de honor, y al cabo de los años llegó a regentar la
Jefatura de Inspección de Enseñanza Primaria durante la IIª República, lo que
causaría el expediente de depuración de Franco y la correspondiente suspensión
de empleo y sueldo No conocemos detalles de la opinión pública sobre estos
nombramientos pero el análisis de la prensa de la época es, pues eso, de la
época o más allá, y aunque le suponíamos cierto machismo casi nos hemos quedado
cortos. Al leer comentarios en la de La Voz de Soria cuyos redactores aceptaban
con agrado su presencia esperando que se ocuparan de áreas propias de su sexo
como los temas escolares, limpieza, higiene, sanidad y el cuidado de la Dehesa,
vamos que lo que se esperaba de ellas es que les encomendaran los temas
domésticos pues “la firme y dulce tenacidad que la mujer sabe poner siempre en
el logro de sus aspiraciones”. Habrá que esperar casi cincuenta años, hasta
1974, cuando entre otra mujer en el consistorio de la capital, y hasta el siglo
XXI para ver una alcaldesa.
lunes, 31 de octubre de 2016
31/10/1927 ~ Primeras concejalas en el Ayuntamiento de Soria.
sábado, 29 de octubre de 2016
30/10/1126 ~ Alfonso VII dona un terreno junto al Duero para construir un monasterio.
Uno de los monumentos más interesantes
de la ciudad, el monasterio de San Juan de Duero, está de cumpleaños pues hoy
hace 890 años que se decidió su construcción.
Hallándose en Soria el rey de Castilla Alfonso VII, en
esta fecha firmó el documento por el que donó a la orden de frailes hospitalarios o sanjuanistas un terreno de propiedad real y
exento de cargas junto a la entonces villa de Soria, un terreno que se
encontraba al otro lado del río Duero con el fin de que se establecieran y
fundasen un monasterio, un lugar en el que Juan Antonio Gaya Nuño nos dice en El Románico en la provincia de Soria que
ya tenía una iglesia de estilo románico construida en el siglo anterior. Los
monjes completarían el conjunto construyendo las dependencias monacales y el
claustro anexo aunque no sustituirían la iglesia, únicamente realizaron algunas
reformas como la instalación de los dos templetes que tiene la iglesia una a
cada lado.
Esta “Soberana
Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta”
fue fundada en 1048 por algunos comerciantes de la ciudad italiana de Amalfi
con el objeto de construir un hospital bajo la advocación de San Juan para
proteger a los caminantes, peregrinos y pobres que peregrinaban al sepulcro de
San Pedro en Roma. De este germen salió la orden de los Hospitalarios fundada
en 1099 bajo la regla de San Agustín. Curiosamente el monasterio de monjes
capuchinos de esta ciudad italiana es junto con San Juan de Duero el único
templo cristiano en el que aparecen arcos entrecruzados con función
arquitectónica, un elemento hasta entonces poco común si bien como elemento
decorativo también aparare en el palacio de la Aljafería de Zaragoza y en la
mezquita de Córdoba.
En otras ocasiones ya hemos comentado, y seguiremos
comentando, los diversos avatares que hicieron que el monasterio se abandonase
y se arruinase parcialmente, salvándose in extremis de la desaparición que nos
habría privado de una de las señas de identidad de la ciudad de Soria.
La imagen de los arcos de su claustro es tan característica que consideramos que sólo su sombra es ya lo suficientemente característica para saber de qué monumento estamos hablando. |
viernes, 28 de octubre de 2016
29/10/981 ~ Almanzor instala su cuartel en Tarancueña.
Entre el 29 de octubre y
el 22 de noviembre del 981 Almanzor –quien más que un ilustre militar era
entonces un bandolero sin escrúpulos– desarrollo su XIVª campaña e instaló su
cuartel general junto a la localidad soriana de Tarancueña, hoy un humilde
lugar pero de gran interés histórico que conserva abrigos con pinturas de época
neolítica y una gran villa romana.
Allí, dicen que en el paraje Las Praderas, junto al río
Adante y entre Caracena y Tarancueña, el cordobés fue atacado por una gran
fuerza militar liderada por el conde Garcí Fernández y compuesta por hombres
navarros, leoneses y castellanos que fueron derrotadas por los musulmanes. Tras
la victoria Almanzor ordenó levantar el campamento y derribar una fortaleza
entonces existente en el lugar y de la, que sepamos, no han quedado restos.
De esta mítica fortaleza nos dice Gonzalo
Martínez Díez (Las Comunidades de Villa y
Tierra… página 108 y 109) que se construiría después del año 939 y que
sería obra musulmana construida precisamente a partir de la batalla de
Al-Andega que tuvo lugar también en Tarancueña en este 939 y en la que
Abd-al-Rahman III fue derrotado, perdiendo en el enfrentamiento sus posesiones
más queridas, el Corán así como el casco y la cota de malla de oro.
La localidad está un poco alejada de la
capital, unos ochenta kilómetros, pero además de su cercanía a lugares muy
interesantes en toda la comarca, Tarancueña tiene encantos que justifican una
visita como la Fuensanta o el Cañón del río Adante o Caracena, una de las rutas
senderistas más interesantes para el otoño soriano.
Localidad de Tarancueña
(Soria).
Fuente foto: retortillodesoria.es
|
28/10/1897 ~ Mariano Vicén y Cuartero ocupa la alcaldía de Soria.
Unos días antes y por
razones desconocidas dimitió el alcalde de la ciudad don Ramón de la Orden
Domínguez, quien volverá a la alcaldía en otras ocasiones, siendo sustituido el
28 de octubre por el primer teniente de alcalde Mariano Vicén y Cuartero quien
también lo fue en cuatro ocasiones.
Mariano Vicén y Cuartero (Soria, 1863-1927) era hijo de
Feliciana Cuartero García y de Joaquín Vicén Sopena, un comerciante e
industrial que adquirió el llamado Molino de Abajo (ubicado casi frente a San
Saturio donde ahora se encuentra el aparcamiento de autobuses) que empleaba
para moler harina y fabricar paños, aunque a su muerte su viuda e hijos
transformaron en una fábrica de luz, nombre dado entonces a las empresas
encargadas de generar electricidad, llamada “La Flor Numantina”.
Siendo apenas un muchacho de 18 años de edad comenzó a hacer
política dando a conocer sus ideas liberales, lo que no le impidió que en las
elecciones generales de 1881 apoyase al candidato demócrata José Canalejas y
Méndez cuando éste se presentó para diputado por Soria, tal vez por que
reconociera su talento para la política o porque Vicén pensara que a Soria le
convenía el representante demócrata pues tenía intereses en empresas
ferroviarias que lograran la ansiada conexión por ferrocarril entre Soria y el
resto del mundo.
Poco a poco fue
adquiriendo mayor compromiso político y fue elegido concejal en el ayuntamiento
de Soria donde llego a ser alcalde de
Soria en cuatro ocasiones entre 1901
a 1923, pero también fue el tercer presidente de la Cámara de Comercio e
Industria de 1900 a
1902, cargo que compatibilizó durante algún tiempo con el de alcalde de la ciudad.
Como regidor de la ciudad destacó promoviendo y participando en varios
proyectos imprescindibles para la Soria tan importantes como la traída de
aguas, pavimentaciones, alumbrado público o la construcción de una plaza de
abastos que agrupase en un lugar todos los mercados y puestos de comida.
Gran aficionado al
deporte en general y al ciclismo en particular, en 1896 fue el presidente del
Club Velocipédico Numantino que al año siguiente se convirtió en el Club
Velocipédico Soriano. También fue un destacado socio del Círculo de la Amistad y del Casino
Numancia, refundador de la comisión provincial de la Cruz Roja, miembro del
patronato de la Escuela de Artes y Oficios, jurado de la cuadrilla de la
Blanca, cofundador de la Caja de Ahorros...
Como ya hemos
apuntado antes, su familia era propietaria de la fábrica de luz “La Flor de
Numancia” que además de las instalaciones industriales albergaba a los
empleados y a sus familias llegando a constituir durante algún tiempo un núcleo
poblacional en el que llegaron a estar censadas 32 personas, una cifra escasa
pero que ya quisieran hoy algunos pueblos sorianos. Esta empresa familiar le
originó ciertos conflictos de intereses en 1907 pues siendo alcalde hubo
problemas de servicio con la empresa “Electra de Soria” entonces encargada del
alumbrado nocturno de la ciudad y la de su familia que aspiraba a la concesión
del servicio. Como empresario también fue el promotor y director del primer
“Heraldo de Soria”, un periódico de efímera vida que se publicó entre febrero y
mayo de 1907.
Retirado ya de la
política y dedicado a sus negocios, Mariano Vicén falleció en Soria el 9 de
febrero de 1.927.
![]() |
Retrato de Mariano Vicén y Cuartero fechado en torno a 1900. |
miércoles, 26 de octubre de 2016
27/10/1901 ~ Bernardo Robles declarado Hijo Predilecto por la Diputación Provincial.
Bernardo Robles fue un soriano que
emigró a Portugal donde desarrolló una exitosa carrera en el mundo de las
finanzas que le permitió ocupar puestos relevantes y amasar una pequeña fortuna.
Ya anciano y sin herederos cercanos, decidió dedicar su dinero a realizar obras
filantrópicas para lo que decidió donar al ayuntamiento de Soria cincuenta acciones
del Banco de Portugal que valían una cantidad de unos 150 euros, para que con
parte del dinero producido se instituyese un premio para los niños estudiantes
de Soria, ocho becas, para niños y para niñas de unas cien pesetas y medalla,
premios que debían destinarse para los mejores estudiantes de cada curso entre
los nacidos en la provincia o hijos de nacidos en Soria. Otra parte de la
herencia la destinó para complementar el sueldo de un maestro y de una maestra
auxiliar que se contrataría para las escuelas elementales de niños y niñas de
la ciudad de Soria. Para administrar
estas becas se fundó una fundación benéfica que quedó constituida en 1903.
El Ayuntamiento de Soria le agradeció el
gesto con la concedió del título de Hijo Predilecto de la ciudad de Soria en
1901 y decidió cambiar el nombre a la antigua plaza de Teatinos que desde
entonces pasó a llamarse de Bernardo Robles. La Diputación le honró también declarándolo
Hijo Predilecto de la provincia de Soria según acuerdo de su junta de gobierno el
27 de octubre de 1901.
La concesión de los premios se realizaba
como un acto de homenaje al Sr. Robles y a los estudiantes premiados y se
desarrollaba los días de las fiestas de San Saturio como un acto festivo más.
Aún pudo disfrutar algunos años de sus
títulos don Bernardo que falleció en 1905, pero algunos años más pudieron
disfrutar los sorianos de su altruismo pues aunque se suspendieron durante algún
tiempo parece que subsistieron al menos hasta los años previos a la Guerra
Civil si bien algún lector de esta sección cree recordar que como premios a los
alumnos más aplicados se les repartía algún dinero a mediados del siglo XX
aunque parece que la fundación encargada del reparto de las becas subsistió al
menos hasta 1960.
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Retrato de Bernardo Robles en “Recuerdo de Soria” (1906). |
martes, 25 de octubre de 2016
26/10/1856 ~ Nace el padre de la arqueología española.
El 26 de octubre de 1856 nació en Madrid don José Ramón
Mélida y Alinari, autor de numerosos trabajos arqueológicos en la provincia de
Soria, sobre todo en Numancia y Medinaceli.
Ingresó
en la Escuela
Superior Diplomática para estudiar Arqueología que era donde
entonces se enseñaba esta disciplina. En 1881 ingresó en el Cuerpo Facultativo
de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, en 1899 fue elegido miembro de
número de la Academia
de Bellas Artes de San Fernando, en 1906 de la de Historia, en 1912 fue
nombrado catedrático de la Universidad Central de Madrid, y en 1916 fue
nombrado director del Museo Arqueológico Nacional donde impuso unos métodos de
trabajo científico que le valieron el ser considerado padre de la Arqueología
española.
A
principios del siglo XX dirigió personalmente muchos trabajos de investigación
relacionados con la provincia de Soria que sirvieron para aumentar el
conocimiento de nuestra historia, y de esta forma participó en la restauración
de San Juan de Rabanera, dirigió excavaciones en Numancia, San Baudelio, Medinaceli
y en otros puntos de la provincia realizó amplios estudios.
Aunque
en comparación con otras provincias la de Soria fue una en las que más trabajó,
son muy importantes sus trabajos arqueológicos en Mérida, donde descubrió el
teatro romano, y en Cáceres, pero también son muy importantes sus
obras sobre arqueología en general, historia del arte y hasta como dramaturgo,
género que cultivo llegando a publicar alguna novela y hasta a escribir alguna
obra de teatro.
Tras
una fecunda vida destinada a la investigación, José Ramón Mélida falleció en
Madrid el 30 de diciembre de 1933.
lunes, 24 de octubre de 2016
25/10/1720 ~ Acuerdo democrático en las Juntas de la Universidad de la Tierra de Soria.
Uno de los inconvenientes del sistema democrático a través de
representantes públicos es que a veces, y más a menudo de lo que desearíamos,
el delegado en cuestión defiende unos intereses particulares o impuestos por su
partido que son contrarios de los que desean quienes le han elegido, e
incomprensiblemente acaban votando en perjuicio de sus representados.
El
problema no es nuevo y ha sucedido en muchos organismos asamblearios a lo largo
de la Historia como por ejemplo en las Juntas de la Universidad de la Tierra de
Soria donde eran muy frecuentes estas discusiones en la elección de sus
representantes o sexmeros para su Junta.
En principio el sistema de elección se realizaba
mediante votación en la que cada pueblo, con independencia de su número de
vecinos, tenía derecho a un sólo voto. Esa asamblea vecinal de cada pueblo
tomaba el acuerdo y elegía a un delegado, generalmente el alcalde del pueblo, para
que acudiera a las juntas de pueblos de cada sexmo y allí otorgase el voto del
pueblo, no el particular. Sin embargo parece que hubo problemas entre los votos
mayoritarios de cada pueblo y el particular de cada alcalde pues la Junta de la
Universidad de la Tierra de 25 de octubre tomó el acuerdo de que cada delegado
llevase "sus botos por escrito y con
la zertificación de aberse nombrado la persona por la mayor parte de los
vezinos de cada conzejo".
Suponemos que muchos de estos alcaldes o delegados que
votasen en contra de la opinión mayoritaria de lo pactado acabasen corridos a
gorrazos y en el pilón. Sería interesante estudiar la recuperación de esa solución
para pagar a todos aquellos concejales, procuradores o diputados que siguiendo
la disciplina del partido han votado y votarán negativamente tantos y tantos
proyectos beneficiosos para Soria.
domingo, 23 de octubre de 2016
24/10/1604 ~ El noble soriano que predicó en Japón.
Lo de que hay o haya sorianos en todas
partes del mundo ya no nos extraña aunque al paso que vamos lo más difícil va a
ser encontrarlos en Soria, pero el
personaje al que haremos mención hoy debe ser de los que más viajó en la
antigüedad pues sus restos reposan en Nagasaki, o lo que quede de él pues fue
allí donde estalló la segunda bomba atómica en 1945.
En la fecha de hoy de 1604 nació en Peroniel del Campo Diego de
Morales Contreras, un noble que decidió cursar estudios eclesiásticos para lo
que se desplazó a la capital donde los frailes de La Compañía de Jesús estaban entonces
construyendo su colegio, hoy sede del Instituto Antonio Machado.
Tras esta fase formativa el sacerdote soriano continuó sus
estudios en diversos establecimientos de los jesuitas y se le encomendaron
varias misiones, como la de marchar a Japón para predicar el Evangelio. Allí y
ejerciendo esas funciones el sacerdote soriano junto con otros misioneros,
frailes y seglares fue detenido por su condición de cristiano y torturado hasta
su muerte.
Muchos años después, en 1980, se iniciaron los trámites de la
canonización de nuestro paisano y de todos aquellos mártires.
sábado, 22 de octubre de 2016
23/10/1193 ~ Consagración de la iglesia Ntra. Sra. de la Peña de Ágreda.
Según Juan Antonio Gaya Nuño en El Románico en la provincia de Soria, el 23 de octubre de 1193 el obispo de Tarazona
Juan Frontín consagró en Ágreda la iglesia de Nuestra Señora de la Peña, un
templo cristiano que ya llevaba entonces algunos años construido y del que se
ha llegado a decir que antes fue templo romano y después mezquita musulmana y/o
sinagoga judía al mismo tiempo pues además de encontrarse en lo que se ha dicho
que antiguamente fue barrio judío el edificio tiene la particularidad de
disponer de dos naves, por lo que se ha aventurado la posibilidad de que
hubiese una para cada religión. Además la decoración
externa que en otros templos cristianos suele ser figurativa aquí lo es
geométrica al estilo hebreo. Otros investigadores por el contrario niegan esa
posibilidad pues no comparten que aquí estuviese la aljama hebrea. Además
señalan el hecho de que el ábside de la iglesia
esté construido sobre una necrópolis de sepulturas antropomorfas muy
característicos de los cementerios cristianos de la época, algo no extraño en
cementerios judíos pero inhabitual en cementerios musulmanes.
Lo que es seguro es que se trata de la más antigua y sencilla iglesia de
las que quedan en la villa pero no es el primer templo pues antes ya existieron
otros hoy desaparecidos como los dedicados a San Julián o a la de Santa Cruz.
Se trata de un antiguo templo románico
construido en piedra de mampostería y sillar para arcos, vanos y
esquinas que hoy ha perdido el culto al ser destinado a Mueso de Arte Sacro de
Ágreda y de su comarca. Comparte con la parroquia de Cerbón la rareza de tener
esa extraña planta de dos naves asimétricas
cubiertas con cañones apuntados divididas en tres tramos por arcos fajones que
desembocan en respectivas capillas góticas cuadradas que sustituyeron a otras
románicas. Estos arcos se apoyan en semicolumnas todavía románicas que llevan
toscos capiteles decorados con motivos vegetales e historiados, como la de Adán
y Eva comiendo la manzana prohibida, figuras mitológicas, geométricas,
ángeles...
En el muro de la Epístola se abre la puerta en
cuatro arquivoltas de medio punto decoradas con trenzas y roleos, apoyados
sobre jambas con impostas sencillas. Todos estos
arcos llevan la arista achaflanada y están rodeados por chambrana de idéntico
perfil que apean en jambas escalonadas -las del arco matadas
sus aristas con un bocel- coronadas por imposta de listel y bisel. La
decoración incisa de los chaflanes dice que recuerda a los de la portada de la
iglesia agredeña de San Juan, por lo que puede ser obra de los mismos
artífices.
La
capilla absidal del lado de la Epístola, de la Santísima Trinidad, se cubre con
bóveda de crucería de ocho puntas cuyas claves se decoran con las armas de los
Castejones, patrocinadores de la obra y dueños del enterramiento allí presente
en arco conopial. Esta capilla se abre, mediante un arco apuntado, con la
capilla absidal del lado del Evangelio o de la Santísima Trinidad, cubierta con
bóveda de terceletes que fue promovida por el licenciado Juan de Torenzo en
1520.
La
parroquia perdió su categoría en el siglo XVI al fusionarse con la de San
Miguel y subsistió como iglesia hasta que perdió el culto a finales del siglo
XX, momento en el que se decidió destinarla a sede del Museo de Arte Sacro de
Ágreda y su comarca donde desde su inauguración en 2002 se muestran algunas
obras artísticas excepcionales: pilas bautismales, tallas románicas, retablos
góticos y flamencos, un frontal de altar en cuero, piezas de orfebrería y el
coro de de la iglesia de Masegoso, una interesantísima obra mudéjar realizada por entalladores de tradición musulmana que funde elementos
cristiano-góticos e islámicos, y que por la decoración de sus canecillos puede
fecharse entre los siglos XIV y XV.
En definitiva, una obra arquitectónica de gran interés que guarda tesoros
artísticos en su interior y que merece una vista en exclusiva a Ágreda.
viernes, 21 de octubre de 2016
22/10/1952 ~ San Leonardo honra a Juan Yagüe adoptando su apellido.
En esta jornada de 1952, el Ayuntamiento de San
Leonardo decidió honrar la memoria de su más ilustre hijo, Juan Yagüe Blanco,
añadiéndole al nombre del pueblo el complemento “de Yagüe”, apellido del
general que había fallecido en Burgos el día anterior. No fue el único homenaje
pues en este mismo día se creó el Marquesado de San Leonardo de Yagüe que
se le concedió a título póstumo.
Juan Yagüe
Blanco es sin duda uno de los personajes más controvertidos y que más
sarpullidos levanta en esta sección y en la actualidad soriana. Nacido en San Leonardo en
1891 en el seno de una familia de clase media, a los dieciséis años de edad
ingresó en la
Academia General Militar donde obtuvo el empleo de teniente y
momento en el que iniciará una destacada carrera militar.
Participó en la
batalla de Tetuán tras la que fue condecorado y ascendido a capitán aunque fue
apartado del servicio activo, oficialmente por problemas de salud, si bien la
causa real fueron las fuertes discrepancias que mantuvo con sus superiores. La
carencia y necesidad de militares de carrera hizo que se le llamase de nuevo al
servicio para que, al mando de la
Legión , sofocase el movimiento revolucionario de Asturias de
1934 lo que parece que cumplió con la reconocida eficacia militar.
Yagüe fue amigo personal del fundador de la
Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, con quien compartía una
ideología que marcó su devenir personal, militar y político. Siendo teniente
coronel y estando destinado en Ceuta participó en la preparación del
levantamiento militar de 1936 sirviendo de enlace entre Mola y los oficiales
falangistas, y de donde partió a la península a sofocar la resistencia leal a
la República. A su mando las columnas de Asensio, Castejón y Tella marcharon
desde Sevilla hacia el norte siendo Yagüe el encargado de la toma de Badajoz
donde se desarrolló una de las peores matanzas de la Guerra Civil, al menos en
este bando. Allí y según informaciones de periodistas norteamericanos
independientes así como a las investigaciones de historiadores como Paul
Preston o Tuñón de Lara, Yagüe ordenó directamente, permitió o no quiso
enterarse que sus tropas asesinaron a más de cuatro mil prisioneros
encarcelados en la plaza de toros. Para no herir susceptibilidades recogemos también
la opinión de otros historiadores como Hugh Thomas que consideran exagerada esa
matanza disminuyendo la cifra de asesinados. No estuvimos allí para dar fe pero
parece haber poco error en la existencia de aquellos crímenes ya fueran muchos
o pocos, y ni siquiera un único asesinato justificaría rechazar el apodo con el
que se le conoció a Yagüe, “el carnicero de Badajoz”.
De ahí se dirigió a Talavera de Reina,
Toledo y Madrid donde surgieron sus primeras discrepancias con Francisco Franco
negándose a acatar órdenes de quien no consideraba cualificado para liderar el
bando sublevad y con quien no compartía exactamente los mismos ideales
políticos. Por aquellos enfrentamientos fue cesado y sustituido por el general
Varela aunque unos pocos meses más tarde fue recuperado para la guerra y
ascendido a coronel. Actuó en el frente de Madrid y fue nombrado jefe del
primer cuerpo del Ejército Marroquí participando en la batalla de Teruel y en
la toma de Barcelona donde de una forma sorprendente y auspiciado por su
ideario falangista llegó a proponer la amnistía de los presos políticos, lo que
le causó otra bronca con Franco.
El 24 de noviembre
de 1937 la
Diputación Provincial le nombró Hijo Predilecto de la
provincia y en noviembre de ese año ascendió a General pero sus divergencias
políticas con Franco y con el sector oficial del régimen aumentaban pues como falangista
puro se oponía a la unificación de la Falange Española con los Tradicionalistas
y las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas. Finamente acató la decisión,
juró fidelidad a Franco y al ideario del partido único pero sin renunciar del
todo a sus principios falangistas joseantonianos.
Al finalizar la
Guerra fue nombrado Ministro del Aire durante poco más de un año, pero las
importantes diferencias ideológicas con Franco (parece que Juan Yagüe era
partidario de una acercamiento directo al nazismo y hasta de participar con el
Eje en la Segunda Guerra Mundial) y sus enfrentamientos (se ha dicho que llegó
a abofetear al generalísimo) le cesaron en el cargo ministerial, momento en el
que regresó más o menos voluntariamente a residir temporalmente en su pueblo y
desde donde se puso secretamente en contacto con don Juan de Borbón,
probablemente con la intención de estudiar una posible reinstauración de la
monarquía sin Franco en el poder.
Pese a ello en 1942
ascendió a teniente general y fue destinado a dirigir el Instituto Geográfico
Nacional, cargo que abandonó al ser nombrado capitán general de la VI ª Región Militar con sede en
Burgos y que desarrolló hasta su fallecimiento en 1952, siendo ascendido a
capitán general a título póstumo.
Pero además de su
cruenta carrera política y militar, es de justicia reseñar que en Burgos y
Soria tomó bajo su protección el desarrollo de algunos proyectos sociales muy
importantes como el del construir la barriada que aún lleva su nombre en la
capital, donó dinero al equipo del CD Numancia que le nombró presidente
honorífico, pero es sobre todo en su pueblo natal donde se le guarda mejor
recuerdo pues se le considera el promotor del desarrollo económico que aún
disfruta San Leonardo cuya corporación le concedió el título de hijo predilecto
y cambió el nombre del municipio en su honor, algo que parece que
inexorablemente va a cambiar con o sin el permiso del ayuntamiento de San
Leonardo.
jueves, 20 de octubre de 2016
21/10/1964 ~ Aprobado el reglamento que rige las distinciones de sorianos ilustres.
El 21 de octubre el Ayuntamiento de Soria
presidido por el alcalde Amador Almajano aprobó un proyecto de “Reglamento de
Títulos, Condecoraciones y Distinciones de la Ciudad” que sustituía a la
ordenanza anterior y que sirviera para homenajear a los sorianos ilustres o a
los forasteros que manifiesten su querencia a esta tierra.
Éste reglamento
estuvo en activo hasta su modificación en 1994 y en esos treinta años otorgó
los títulos de Hijos Predilectos a Clemente Sáenz García, Jesús Hernández de la
Iglesia, Francisco García Muñoz; los de Hijos Adoptivos a José María Fernández
Ladreda, Fernando Sánchez Dragó, Argimiro Calama Rosellón, José Luis Argente
Oliver, Odón Alonso Ordás, Miguel Moreno y Moreno; la Medalla de Oro a la
Benemérita Comunidad de reverendos padres Franciscanos de Soria y a Fermín
Cacho Ruiz; las Medallas de Plata de la ciudad de Soria a Abel Antón Rodrigo;
la de Bronce a Enrique Pascual Oliva; Sorianos de Pro a Sebastián Ruiz Mateo,
Noemí García Rubio, Jesús García Lafuente y Carmen de la Mata Alarcón; Alcalde
honorario de Soria a S. M. el rey don Juan Carlos I; concejal honorario a Juan
José Lucas Jiménez; Huésped de Honor a Antonio Riberi; al que fue ministro de
Turismo Manuel Fraga Iribarne; al jurado y participantes en el tercer concurso
nacional de tractoristas (1966).
Dos de los sorianos que más se han merecido el título de hijos
predilectos han sido los autores de las sanjuaneras: don Francisco García Muñoz
y a don Jesús Hernández de la Iglesia.
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Monumento erigido en la Dehesa (Soria) en honor a don Francisco García Muñoz y a don Jesús Hernández de la Iglesia. |
miércoles, 19 de octubre de 2016
20/10/1912 ~ Primera entidad bancaria en Soria.
Aunque el acto oficial de inauguración ocurrió
una semana antes, fue el 20 de octubre de 1912 cuando la Caja provincial de
ahorros de Soria abrió sus puertas al público en la calle Ferial nº 7.
Las cajas de ahorro, como una iniciativa social y financiera, no eran
ninguna novedad pues la de Soria se fundó cuando en el país ya existían 815.
Surgió a través de la iniciativa de la Sociedad Económica de Amigos del País
siendo sus socios fundadores los mismos que los de aquella sociedad: el
presidente de la Económica don Mariano Granados Campos, el alcalde de la ciudad
don Mariano Vicén Cuartero, el presidente de la Diputación Benito Sanz Encabo,
Luis Posada, futuro gobernador de la provincia, el médico Mariano Íñiguez, el
gobernador de la época José García Plaza, el diputado por Soria y Vizconde de
Eza Luis Marichalar. Con ellos participaban además los principales comerciantes
industriales y comerciantes de la provincia, nombres de la Historia de la
ciudad que se repetían en ese y otros proyectos por lo que ya nos suenan:
Antonio Carrillo de Albornoz, Dorotero Relaño, José Morales Esteras, Rodríguez
del Valle y Felipe Las Heras.
Aquel día la caja abrió sus puertas con 61 cartillas
de ahorro por un importe de 7.930 pesetas, y en pocos días se estableció la
primera operación de préstamos por un importe de 400.
De su sede de la
calle Ferial 7, pasó a ocupar un local en la calle Zapatería 31 y de ahí al
edificio de la plaza de San Esteban donde hoy está el centro Gaya Nuño, para
trasladarse en 1969 a
la sede de Mariano Granados. Siete años después se abrió la primera oficina en
El Burgo, en 1940 en Ágreda y Almazán, y así hasta llegar a un máximo de
sesenta oficinas.
La Caja General de
Ahorros y Préstamos de la provincia de Soria se asoció con otras entidades
financieras y fue absorbida por otras cajas con objetivos exclusivamente
financieros que ya han perdido totalmente el carácter social y esa
idiosincrasia provinciana de la Caja a la que cueste lo que cueste, no le
interesan tanto los beneficios de la sociedad soriana como los balances económicos.
Logotipo de la Caja General de Ahorros y Préstamos de la provincia de Soria. |
19/10/1964 ~ Aniversario de la Escuela de Enfermería de Soria.
Parece que fue ayer pero ya han pasado cincuenta
y dos años desde que se fundó la Escuela de Enfermería de Soria.
Desde hacía tres años Juan Sala de Pablo era el presidente de la
Diputación provincial y además como médico y propietario de una clínica
reconocía la escasez de este personal sanitario que urgía para atender al
hospital provincial. Don Juan, que no conocía el significado de la palabra
imposible, comenzó a realizar gestiones para fundar una escuela de enfermeras
adjunta al hospital de San Francisco y que ya fue una realidad en este curso
1964-65 inaugurándose el 19 de octubre con unos medios un tanto precarios y con
una autorización provisional del Ministerio de Educación.
Aquellas primeras alumnas, los varones tardaron en ingresar algunos
años, vivían en régimen de semiinternado en dependencias del propio hospital,
desarrollaban todo tipo de tareas asistenciales y estudiantiles a cargo de un
profesorado compuesto por monjas, sacerdotes y los médicos que ejercían
entonces en la ciudad. Las aulas estaban en el propio hospital pero para
realizar los exámenes debían desplazarse hasta Zaragoza de cuya Universidad
dependía.
Aquellos fueron años muy duros para las alumnas que se quejaban de ser
explotadas, pero aquella dureza forjó el carácter de las que han sido
consideradas como las enfermeras mejor preparadas de España.
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Alumna de aquella primera promoción realizando prácticas con prematuros.
Fotografía de Salvador Vives en JCyL AHPSo nº 20349.
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martes, 18 de octubre de 2016
18/10/1835 ~ El cura Merino consigue escapar en plena Guerra Carlista.
La primera guerra
carlista, iniciada en otoño de 1833, tuvo sus inicios en la provincia de Soria
a lo largo de los últimos meses de 1834 y 1835 cuando el cura Jerónimo Merino (el celebérrimo héroe de La Guerra
de la Independencia que en esos momentos tenía sesenta y seis años de edad) se
encontraba por el oeste de la provincia organizando las primeras partidas procarlistas en Soria. A lo largo de 1835 siguió hostigando a las tropas
isabelinas y a todo pueblo o aldea que pudiera saquear,
logrando importantes éxitos militares.
En verano el comandante militar de la provincia de Soria don José
María Cistué se propuso derrotar a Merino. A primeros de agosto logró una
pequeña victoria en Abejar pero unos días después logró acorralar al enemigo y
en la zona de Almarza, Gallinero, La Póveda y Piqueras les infringió una grave
derrota. La mayor parte de los hombres de Merino fueron vencidos y solo unos
pocos, unos sesenta, pudieron huir pero fueron capturados cerca de San Leonardo
el 18 de octubre. Entre ellos no estaba su líder, el cura Merino que logró
escapar a Burgos.
Aunque algunos sorianos pudieran pensar que el peligro ya había pasado
no sabían que no había hecho más que empezar. Las partidas de Merino fueron
sustituidas por otras desde el este y llegarán a presentarse en la mismísima ciudad
de Soria pero esa, esa es otra historia.
domingo, 16 de octubre de 2016
17/10/1685 ~ Los restos de San Saturio en un arca con dos llaves.
La devoción popular a San Saturio es ahora y ha
sido un fenómeno que va mucho más allá de la religiosidad. Es además un
sentimiento de identificación y orgullo de los sorianos con su tierra, algo que
puede ser asimilable a lo que pasa ahora con la pasión que algunos sienten por
su equipo local.
Sabemos, porque ya lo hemos comentado muchas veces en esta sección, que
las relaciones entre las autoridades religiosas y civiles de la ciudad en
cuanto a la propiedad del santo y de la ermita nunca han sido fáciles, algo que
con altibajos se mantiene en la actualidad, pero uno de los momentos álgidos de
esta mala pero relación aconteció en esta época cuando al parecer algunos
canónigos acostumbraban a entregar reliquias de santo sin consentimiento de las
autoridades municipales que llegaron a temer por la desaparición de todo resto
y que en sesión municipal celebrada en esta jornada acordaron retirar los
restos mortales del santo de la caja en la que se encontraban y colocarlos en una
nueva con dos cerraduras, una para el Cabildo y otra para la Ciudad, de forma
que para abrir el arca sea imprescindible hacerlo por las dos partes.
La solución adoptada y que es similar a la del Arca de Almarza y San
Andrés, es la que continúa guardando los restos del santo en el arca que se
guarda debajo del busto del santo en la ermita.
La fotografía que acompaña a este texto, presuntamente fue tomada
durante los actos de celebración del segundo centenario en 1943, última ocasión
en la que se ha sacado a la luz.
Imagen del santo y del arca que contiene sus restos. Fotografía de la colección de Tomás Pérez Frías, la publicó Martínez Marigorta en su libro sobre San Prudencio y San Saturio en 1939. |
sábado, 15 de octubre de 2016
16/10/1498 ~ Los vecinos de Caracena denuncian la situación de opresión ejercida por su Señor.
El cine y las novelas nos han hecho pensar que
las relaciones feudales entre los señores y sus súbditos eran siempre parecidas
a la esclavitud pero no sería justo generalizarse a la totalidad pues ha habido
señores que se han ocupado del bienestar de sus siervos tanto como del propio.
Sin embargo y aunque han sido menos frecuentes, son más conocidas las
situaciones injustas como las que hoy queremos traer al recuerdo.
A finales del siglo XV era señor de Caracena con Alonso Carrillo de
Acuña, un déspota señor que disfrutaba del señorío de Caracena y la aldea de Inés
desde que le fue concedido pocos años antes por los Reyes Católicos en
agradecimiento a sus favores y conspiraciones en la Corte a favor de Isabel y
Fernando. En sus posesiones de Caracena debió pensar que era amo y señor de la
vida de sus vecinos pues emprendió una serie de actuaciones que ocasionaron las
quejas de sus súbditos que, a diferencia de los esclavos, tenían una serie de
derechos como el de quejarse y trasladarlo a la Corte. —Aunque para el caso que
se les hizo—.
En esta fecha los vecinos presentaron un informe en el que recogían los
agravios, fuerzas y sinrazones a los que le sometía su señor
quien había llegado a amenazarles si acudían a la justicia real. Los Reyes,
imaginamos, harían poco más que darle un tironcillo de orejas pues las quejas y
reclamaciones volvieron a repetirse en otras ocasiones, pero poco más podrían
hacer pues además de los problemas internos con la nobleza de la época no
querrían agraviar o enfrentarse a uno de los pocos que habían apostado por su
boda y que tanto les estaba ayudando entonces en la guerra contra Granada.
Castillo de Caracena (Soria) reconstruido por Alonso de Carrillo a finales del XV. |
viernes, 14 de octubre de 2016
15/10/1351 ~ Pedro I ratifica los privilegios que disfruta Ágreda y que disfrutan Los Doce Linajes.
Este fue el primer año completo del reinado de
Pedro I y, tradicionalmente, una de las medidas que llevaban a cabo los
monarcas castellanos en su primer año era la de confirmar algunos privilegios
que había concedido sus predecesores. Eso hizo Pedro I en esta jornada que
dedicó a confirmar algunos privilegios que atañen a la provincia de Soria y que
aportan importante información. Por ejemplo confirmó los privilegios concedidos a Ágreda por sus antecesores en los que
eximía su concejo de todo pecho y pedido, salvo de moneda forera, para que
pudieran construir la muralla de la villa, e igualmente les concedió la
confirmación de la carta de Alfonso XI por el que otorgaba todos los fueros y
privilegios que disfrutaba el concejo de Ágreda. A don Gonzalo Ruiz de la Vega
(mayordomo mayor de su hermanastro el maestre don Fadrique) le concedió el
derecho a poder adehesar el término de Barca, cerca de Almazán y Berlanga.
También confirmó
a los Caballeros de los Doce Linajes de Soria el privilegio de Sancho IV (dado
en Valladolid a 12 de mayo de 1293) el privilegio de los arneses, una
interesante cita que según Máximo Diago
Hernando en Estructuras de poder
en Soria a fines de la Edad Media (Colección Estudios de Historia, Junta de
Castilla y León, Consejería de Cultura y Turismo, 1.993, página 187) es la primera vez que se documenta expresamente
la institución de la casa troncal de los Doce Linajes y que aparece en la
confirmación del rey Pedro I del privilegio de los arneses en las Cortes de
Valladolid el 15 de octubre.
“E ahora los caballeros de los doce linajes de Soria inbiaronme a pedir
por merced, con Fernan Gonzalez de Sancta cruz, su procurador…”
Sin embargo, los estudios de José Ignacio Esteban Jáuregui en el artículo sobre el privilegio de losarneses dice que esas transcripciones no son correctas y que en el documento no se cita en ningún lugar a los “Doce Linajes”, sólo se
cita a los “caballeros
escuderos de Soria”, lo que nos
lleva a pensar que pese a los míticos orígenes de esta institución que algunos
retrotraen supuestamente hasta la época de la heroica Numancia, la institución
de los Doce Linajes todavía no existía como tal organización nobiliaria que
disfrutaba de ciertos privilegios económicos, sociales y políticos.
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Rueda de los Linajes de la plaza del Rosel (Soria). Foto de Alejandro Plaza en la revista Arevacon nº 10 (1989) de la Asociación de Amigos del Museo Numantino. |
jueves, 13 de octubre de 2016
14/10/1883 ~ Nace el propulsor del Museo Numantino: Ramón Benito Aceña.
El 14 de octubre nació en Valdeavellano de Tera don Ramón Benito Aceña,
un personaje al que nos hemos referido en varias ocasiones y del que seguiremos
hablando pues sus logros políticos y aportaciones personales perduran en la
actualidad, y el hecho de que tenga dedicada a su memoria una plaza cuyo nombre
oficial nadie recuerda pues todo el mundo la llama por el nombre popular, plaza
de Herradores, nos parece muy poco homenaje.
Don Ramón nació en una familia acomodada de grandes propietarios ganaderos.
Estudio Derecho, fue miembro de varios consejos de administración en varias
sociedades, sobre todo ferroviarias, realizó inversiones en sociedades
hipotecarias, fue funcionario de la administración pública en varios
ministerios y se le llegó a ofrecer la alcaldía de una población en Cuba, cargo
que rechazó para dedicarse a los negocios pues además de dedicarse a las
empresas agrícolas y ganaderos de su familia también se dedicó a comprar
tierras y cortijos en la provincia de Córdoba además de fincas desamortizadas
en la zona de Santa María de Huerta.
A una edad tardía,
con 41 años, en 1871 decidió dar un vuelco a su vida y sin abandonar los
negocios se dedicó a la política presentándose a las elecciones de 1871 como
candidato del partido Conservador por el distrito de Soria al Congreso de los
Diputados. Fue elegido y representó a Soria en el Congreso durante ocho legislaturas como diputado y como senador
desde 1899 y hasta su muerte en 1916.
Aunque
residió en Madrid y en Sevilla, acudía a Soria con frecuencia y conocía sus
problemas de primera mano. Pese a ser un terrateniente y hasta un cacique, a
diferencia de otros políticos provinciales de la época don Ramón supo ganarse
el cariño y la confianza de sus electores que, con independencia de su
ideología, le votaban mayoritariamente pues demostraba su activo papel en las
Cortes trabajando y reivindicando los intereses de la provincia.
Quizá su mayor
logro político fue que el ferrocarril Soria-Torralba llegase a ser una realidad
pues, en principio, no contaba con el interés de los gobernantes nacionales ni
de las grandes empresas, pero don Ramón supo hacer que el proyecto fuese
interesante. También intervino en la redacción de proyectos legislativos para
el desarrollo de la agricultura y la ganadería, consiguió la construcción de la
carretera del Zarranzo al Valle, consiguió una subvención del Estado para
edificar la Escuela
de niñas y en parte el nuevo juego de pelota. Otros grandes logros que
consiguió aportando dinero de su propio patrimonio fue la construcción de carreteras y caminos en su pueblo, legó
edificios para que se instalase el ayuntamiento y el juzgado.
Sin embargo las
donaciones más destacadas fueron la construcción de un monumento en honor a los
héroes de Numancia y la construcción del Museo Numantino que donó al Estado.
Don Ramón murió en Madrid en diciembre de 1916,
muy pronto hará un siglo, lo que convertirá la efeméride en la ocasión idónea
para honrarle y reconocer su filantrópica labor.
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Retrato de Ramón Benito Aceña, obra de Maximino Peña, en el Museo Numantino perteneciente a los fondos del propio museo. |
miércoles, 12 de octubre de 2016
13/10/1883 ~ Solución al abastecimiento de agua para los siete mil vecinos de la capital.
El problema del
abastecimiento de aguas en la ciudad de Soria ha sido uno de los más destacados
de la ciudad y cada vez era más preocupante. En este último cuarto del siglo XX
a la escasez de aguas surgieron varios brotes epidémicos de cólera, viruela y
tifus motivados por un suministro inadecuado y las autoridades municipales no
sabían qué hacer. El problema fundamental era la falta de dinero y es que los
proyectos más económicos no aseguraban el suficiente caudal. Otros proyectos
mucho más costosos eran los de llevar las aguas desde el río hasta un depósito
que se construirá en el Castillo o construir un viaducto de unos cuarenta
kilómetros río arriba, pero ambos proyectos se entendían como obras faraónicas
e inasumibles.
En sesión municipal de 13 de octubre de 1883 se volvió a tratar el
asunto, entendiéndose que pese a su elevado coste la solución idónea era la de
subir el agua del Duero a unos depósitos construidos en el Castillo desde el
Molino de En medio (la elevadora hoy conocida como Museo del Agua) pues esta
forma era la única que aseguraba un suministro adecuado estimado entonces en 50 litros de agua por
persona y día para los siete mil habitantes de la ciudad.
Finalmente esa fue la solución acordada, encomendando ya en este año al
ingeniero Manuel Garbayo y Moreno que redactase el proyecto cuyas obras -expropiación del molino aparte- se calcularon en ciento dos mil pesetas,
612 euros.
Una de las clásicas
fuentes de la ciudad, la de la plaza de San Pedro que desmontada y parcialmente
mutilada sigue almacenada en dependencias municipales en espera de reubicarse
en otro emplazamiento.
martes, 11 de octubre de 2016
12/10/1833 ~ Nace Manuel Blasco Jiménez.
En esta fecha y en Lubia nació Manuel
Blasco Jiménez, maestro, pedagogo y escritor.
Manuel Blasco
comenzó sus estudios básicos en la escuela de su pueblo natal de donde pasó al
seminario burgense, pero colgó los hábitos y se dedicó a su pasión, la de
enseñar, por lo que cursó los estudios de maestro en la Escuela Normal de Soria
de la que llegará a ser director.
Fundó una escuela
propia en la plaza del Vergel donde daba clases, tareas que compaginaba con su
faceta de escritor de libros de pedagogía y de texto. Colaborador de la prensa
de la época, llegó a fundar y dirigir los periódicos La Idea y El Volante,
pero además le dio tiempo para ser bibliotecario, fundar la Sociedad de
Socorros Mutuos de Obreros de Soria, presidir el Círculo Numancia y escribir
una interesante obra, su Nomenclátor
histórico geográfico, estadístico y descriptivo de la provincia de Soria,
que en sus dos ediciones recoge una somera descripción de todos los pueblos de
Soria.
Manuel Blasco
falleció en Soria en 1918 y unos años después, en 1932, sus antiguos discípulos
y compañeros quisieron honrarle de la mejor forma posible, bautizando con su
nombre el nuevo colegio que se estaba construyendo en la cuesta Dehesa Serena,
un colegio de nueva construcción, moderno, luminoso, un centro con el que
Manuel Blasco habría soñado.
Sin embargo los
nuevos aires políticos que llegaron a Soria en 1936 cambiaron el nombre del
centro por el de “Colegio San Saturio”, y es que don Manuel Blasco no era una
persona del gusto del régimen pues políticamente era republicano y federalista,
y alguien con esas ideas no merecía más que el desprecio y la ignorancia.
Años después con la
democracia asentada, las autoridades estimaron que el colegio San Saturio debía
cambiar de nombre por el que el uso común empleaba, el de la Arboleda, pero
decidieron honrar la memoria de quien fue un gran maestro dedicándole una
anodina calle, eso sí, lindante con las escuelas anejas de Magisterio, escaso
homenaje para quien tanto hizo por su tierra.
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Portada de la
segunda edición (1909) de la obra más conocida de Manuel Blasco Jiménez, el Nomenclátor histórico geográfico,
estadístico y descriptivo de la provincia de Soria.
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lunes, 10 de octubre de 2016
11/10/1565 ~ Beatriz de Beaumont compra la casona de la Fuente Cabrejas y funda un convento carmelita.
Beatriz de Beaumont (1526-1603) fue la hija menor
de una poderosa familia Navarra que a los dieciséis años se desposó con don
Juan de Vinuesa, (Caballero de la Orden Militar de Santiago, marqués de
Novaliches, propietario de Sinova y regidor de Soria). Aquí residió el matrimonio, concretamente en su
residencia familiar en el palacio de los Vinuesa que existió en el
emplazamiento actual del Banco de España.
En esta fecha de hoy y previsiblemente sin un fin
concreto, doña Beatriz adquirió el palacio que había sido residencia del deán
Morales de Albornoz, una amplia casona ubicada en la plaza de la Fuente Cabrejas.
El matrimonio no tuvo hijos y tras enviudar ella decidió
dedicar su vida a la religión y repartir sus bienes a partes iguales entre su
único sobrino y un convento de monjas que quería fundar en la ciudad. La casa familiar era intocable pues pertenecía al
linaje de su esposo pero sí disponía a su libre albedrío del palacio de la
Fuente Cabrejas que había comprado diez años antes. Siguiendo
el consejo del obispo Alonso Velázquez, doña Beatriz decidió ofrecer el caserón
a las monjas carmelitas pues estas querían expansionarse y el obispo conocía
bien la orden pues había sido confesor de Teresa de Jesús. A esa donación a la
que añadía una buena cantidad de dinero además de una renta anual de quinientos
ducados, fincas como la llamada Dehesa Serena y las casas que estaban contiguas
a la parroquia de Nuestra Señora de Cinco Villas, templo que también sería
donado al convento pero en este caso por el obispo.
El obispo hizo de intermediario entre ambas mujeres que iniciaron unas
duras negociaciones que culminaron con la fundación del convento carmelita de
la Santísima Trinidad en junio de 1581.
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