Aunque no ha pasado muchos años desde su fallecimiento, somos muchos los que cada vez que acudimos a Bretún a enseñar con orgullo los yacimientos icnitas.
Seguimos añorando y echando de menos a la señora Sara, aquella mujercilla vivaracha que con una desenvoltura inédita y unos conocimientos paleontológico aprendidos de forma autodidacta, leyendo y escuchando, era capaz de describir con atino y gracia lo que significaban aquellas marcas en la roca y a qué ser pertenecieron, resolviendo dudas y pudiendo desarrollar sin problema una conversación científica de nivel medio.
Esos
conocimientos en un paleontólogo serían básicos, sin duda, pero ofrecidos por
una señora de pueblo, mayor, sin más estudios que los elementales, y que vestía
como lo hacían nuestras propias madres o abuelas, era lo que le daba ese
especial interés a la visita. Los carteles informativos están muy bien y los
guías turísticos ofrecen una información imprescindible, pero el desparpajo,
locuacidad y sorprendentes conocimientos de la señora Sara la convirtieron en
un aliciente más de la ruta de las icnitas y llegaron a otorgarle cierta
popularidad pues llegó a salir en algunos programas de televisión que todavía
pueden verse en la red.
Ella siempre estuvo dispuesta a mostrar lo que sabía y aunque cogía si le daban, nunca pidió nada por compartir sus conocimientos con las visitas. Su muerte dejó un gran hueco en su familia, sin duda, pero también lo dejó entre los que la conocimos y pensamos que sin ella ver las incitas de Bretún ya no es lo mismo.
Sara Garcia, imagen en tardajosdigital |
No hay comentarios:
Publicar un comentario