En 1948 los frailes carmelitas de Soria, que acaban de comprar al Ayuntamiento de Soria la que ahora es su sede, habían decidido trasladarse a un nuevo convento e iglesia que pretendían construir a las afueras de la ciudad en unos terrenos de la avenida de Valladolid un poco más allá de los Cocherones de Obras Públicas, hoy Estación de Autobuses.
No es que hubiera un crecimiento exagerado de vocaciones religiosas, aunque algo de eso hubo, es que en esos años surgió el proyecto de instalar en Soria un Colegio Filosófico Carmelitano que precisaba más espacio del que tenían disponible, lo que les obligó a adquirir una parcela de 13.300 metros cuadrados por 388.773,65 pesetas (poco más de dos mil trescientos euros).
En poco tiempo el proyecto de
construcción del Colegio que llevaba una iglesia con unas dimensiones de 30 x18
metros estuvo listo y hasta llegó a colocarse la primera piedra del complejo,
pero, según surgió, aquella idea fue desinflándose poco a poco sin que llegase
a ofrecerse una explicación coherente ya que la única que se ofreció era que el
ruido ocasionado por la entrada y salida de la maquinaria de Obras Públicas les
hizo desistir del proyecto. Finalmente, tal día como hoy de 1960, los frailes
carmelitas vendieron aquellos terrenos a la Caja de Ahorros por 663.490
pesetas, casi cuatro mil euros, y que destinó la parcela a la construcción de
los tres bloques de la plaza de la Paz.
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