En estos últimos días de agosto se
dieron por concluidas las obras de construcción del Puente de Hierro del
ferrocarril sobre el río Duero a su paso por Soria. El 27 de agosto se realizó
una primera prueba de resistencia dejando pasar una única locomotora aunque la
prueba de fuego se produjo el 28 de agosto cuando se estacionó sobre el puente
una locomotora más pesada con vagones de pasajeros.
El puente tiene unos setenta metros de longitud,
diez de altura, pesa 360 toneladas de peso, lleva 30.000 remaches y es el más
largo de toda esta línea ferroviaria. Técnicamente es un puente de grandes
mallas tipo Pratt diferente de los demás de la línea. También tiene la particularidad
de que, para evitar los problemas derivados por las dilataciones, el puente se
apoya no directamente sobre los pilares sino sobre unas estructuras cilíndricas
sobre las que pivota, lo que ha permitido mantener la estructura intacta tras
el leve hundimiento de parte de la base, la del túnel, en el camino de San
Prudencio y que se percibe claramente en la pintura del falseo de la sillería.
En
su origen fue construido con la previsión de que pudiera ser empleado por una
segunda vía, y no por que se pensara entonces ello, más bien por que el
sobrecoste económico de esa posibilidad encarecía el proyecto de una forma
asumible y en caso de tener que hacerse de nuevo habría precisado una gran
inversión. Pero la segunda línea nunca llegó y hasta la principal quedó
clausurada quedando así inutilizada esta infraestructura ferroviaria que se va
deteriorando lenta e inexorablemente sin un mínimo mantenimiento por parte de
Adif.
Puente de Hierro sobre el Duero helado (Soria). |
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