El 8 de agosto y en las tapias del cementerio de
Calatañazor fue fusilado el escritor y periodista soriano Mariano Cabruja,
entonces un “peligroso” anciano de 81 años de edad que se había pasado toda la
vida expresándose libremente y defendiendo sus ideales lo que le costó muchos
enfrentamientos, un destierro de cuatro años y finalmente la muerte.
Mariano Cabruja Herrero nació en Soria en 1855 y
fue funcionario de Correos y Telégrafos, tarea profesional que compatibilizó
con su afición a la escritura, a la opinión y al periodismo. Colaboró con
varios periódicos de la época y llegó a fundar otros como El Ruiseñor (1913)
una publicación más o menos periódica de carácter infantil y juvenil que sacó a
la calle con Mariano Granados Aguirre, con quien también editó la publicación
satírica Cantaclaro (1915).
Políticamente Mariano Cabruja militó en el
socialismo y fue el primer secretario conocido de una agrupación socialista en
1918, lo que adelanta sensiblemente
la historia del socialismo en Soria capital pues el inicio oficial se fechaba
en 1929 con el Partido Radical Socialista y en 1931 con la fundación de la
agrupación local del Partido Socialista Obrero Español.
En su faceta periodística, desde el 1 de junio de
1927 Cabruja se hizo cargo de la dirección del periódico El Porvenir Castellano iniciando una
fuerte crítica contra el régimen dictatorial que le costó problemas con la censura
y con los propietarios del periódico que no estaban de acuerdo con la línea
editorial ofrecida por Cabruja que tuvo que dimitir, pero pronto se une a un
grupo de jóvenes sorianos que habían trabajado en La Voz de Soria y junto con
otros destacados personajes como Benito Artigas Arpón o Antonio Gaya Tovar,
fundaron el periódico Pueblo de tendencia republicana, radical y socialista.
Tras
el triunfo de la sublevación fascista en Soria, Mariano Cabruja sería sin duda
uno de los primeros de la lista de sorianos a detener y fue también uno de los
primeros en ser asesinado.
Caricatura de Mariano Cabruja Herrero realizada por Somoza y publicada en 1927
en el periódico La Voz de Soria.
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